Eduqué a mis hijos en un ambiente de amor por la Argentina, resaltando lo bueno que tenemos y transmitiendo que todos los países cargan con sus problemas. Hoy mi hijo, una persona de valores y virtudes, se va del país. Y la razón que esgrime es que no puede vivir en un país en el cual una ex presidenta procesada por corrupción, con pruebas irrefutables de su injustificada riqueza obtenida durante su mandato -al igual que muchos de sus funcionarios- se haya postulado como vicepresidenta y haya ganado. Mi hijo considera que eso no es "un problema", sino la señal de que este país no tiene salida porque acepta y banaliza la corrupción y la impunidad. A eso se le agrega la inoportuna y sospechosa elección de una comisión evaluadora de la Corte Suprema de Justicia, de la que forma parte el doctor Beraldi, abogado de Cristina Kirchner. Es demasiado. Siento mucho dolor, la Argentina expulsa a personas de bien, honestas y valiosas como mi hijo. No tengo respuestas para él.
Clara Rut Halac claryhalac@ hotmail.com
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