Veo caras tristes, veo ojos que miran sin mirar, oigo voces que pierden fuerza y buenas personas que pierden sus sueños. Veo un país rico, no solo en territorio, variedad climática, reservas naturales. También lo es en capital humano. País de ciencias, de cinco premios Nobel. Hay grandes escritores, arquitectos, músicos artistas, deportistas.. Seguiría escribiendo de tantas cosas por las cuales me siento orgullosa de la Argentina. País de historia de muchas culturas, interactuando y formando una distinta y la propia. Un país hospitalario que invita a todo aquel que quiera habitar el suelo Argentino poder hacerlo, con Universidades y Hospitales GRATUITOS.. Siempre nos destacamos donde estemos. Dónde la pasión por el fútbol se confunde con religión, dónde nuestra particular forma de ver solo nosotros la entendemos, dónde llegamos a estar, dónde menos nadie lo imagina.. Hasta en el Vaticano. Los mejores asados son argentinos. País solidario y de noches eternas de espectáculos y bares llenos de cultura. País de revolucionarios y adolescentes valientes que nadie podía doblegar, cuyas vidas dejaron historia. Acá mis ancestros eligieron vivir y echar raíces. Ellos fueron inmigrantes de guerras hambrunas, exiliados de costumbres y familia. Desesperados de futuro con manos llenas de ansias de trabajo y progreso. Corren por nuestras venas muchos países e historias. Somos producto de todas ellas. Somos tantos países que quizás no somos de este. Olvidamos porqué nuestros abuelos vinieron a este suelo. Olvidamos que la unión nos da pertenencia. El virus de la miseria humana hace décadas se instaló en nuestra sociedad. Vemos afuera todo aquello que añoramos, pero no hacemos nada para lograrlo en nuestro suelo. Excusas y excusas escucho desde que nací. Tenemos todo y, a la vez nada. Pido que nos reinventemos para elegir a quién nos represente. El universo nació de una concentración muy pequeña de energía. La familia es la fuerza más grande de energía, en el universo infinito. Entendamos de una vez que somos los únicos responsables de lo que hoy nos sucede.. Las instituciones son formadas por los hombres y las mujeres de una sociedad. Somos todos culpables.. Triste es una palabra corta que intento que no gobierne mi día a día. Sin embargo la tristeza de ver horizontes dónde mis ancestros emigraron hace que nunca sea de un lugar…¿Qué les contaré a mis nietos?. Argentinos, seamos de nuestro núcleo familiar, la célula más creadora para nuestro universo. Un futuro se construye con trabajo y códigos. Juntos pueden ser la energía que construye un país mejor. Seamos conscientes y responsables de nuestros actos. No dejemos que NUESTROS HIJOS SEAN EMIGRANTES COMO NUESTROS ABUELOS.
Luciana Juárez (fuente Clarín)
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