En su discurso por el aniversario del fallecimiento del general San Martín, el presidente Alberto Fernández hizo, a mi entender, una suerte de analogía entre la historia del libertador de la patria y su gobierno. Como dijo el Presidente, el amor de San Martín por su tierra y luego sentir la incomprensión y la injusticia de la patria hacia él lo llevaron a tener que exiliarse y no volver nunca más. Creo que la historia de San Martín no es comparable a la situación de Alberto Fernández y de su gobierno. Sí lo es a todo lo que ha atravesado nuestra generación, ya perdida, y, más aún, es una metáfora de la situación de nuestros hijos, que han perdido las esperanzas y cuyo único futuro posible es, por ahora, irse al exterior. A nuestros jóvenes los estamos expulsando de su propio país.
Ana Graciela Freidenberg
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