En 1943, la Argentina ocupaba el décimo puesto mundial de ingreso medido per cápita. En 2019 superaba el puesto 70. Ninguna otra nación del mundo experimentó semejante caída en el ranking mundial. ¿HASTA CUÁNDO los argentinos repetiremos una y otra vez las mismas recetas equivocadas para aprovechar nuestros recursos humanos y materiales? A mediados de la década del setenta (antes del Rodrigazo de 1975), el índice de pobreza era del 4%; hoy se ubica en cifras cercanas al 50%. ¿HASTA CUÁNDO condenaremos a millones de argentinos a vivir en la pobreza por no atrevernos a encarar reformas estructurales que la clase dirigente de todos los sectores conoce pero evita para no ceder sus privilegios corporativos? Desde 1969, la moneda argentina perdió trece ceros y estamos en camino de tener que eliminar un cero más, haciendo de la inflación un flagelo sin equivalencias en el mundo occidental. ¿HASTA CUÁNDO nos negaremos a reconocer que el Estado argentino está hipertrofiado y que para financiarlo incrementamos la presión tributaria sobre el sector privado a niveles récord, emitimos moneda sin respaldo y nos endeudamos en el exterior? El sector bancario argentino es uno de los más insignificantes del mundo en relación con el PBI mientras ahorros multimillonarios están depositados en el exterior. ¿HASTA CUÁNDO no aprenderemos que sin reglas de juego claras y estables no habrá ahorro genuino nacional ni crédito a largo plazo? La economía argentina es una de las más cerradas del mundo medida por la suma de importaciones y exportaciones sobre el PBI. ¿HASTA CUÁNDO insistiremos en depender de la soja y el mercado automotriz de Brasil como pilares principales de nuestro comercio exterior? ¿HASTA CUÁNDO nos quedaremos viendo pasivamente como generaciones enteras de jóvenes quedan fuera del sistema productivo por su analfabetismo funcional? La mitad de la población trabaja en negro y no tiene adecuada cobertura médica ni previsional. ¿Hasta cuándo eludiremos proponer sistemas laborales que no protejan solamente a quienes trabajan en blanco? El sistema político está diseñado para gastar fondos que no se tienen con el único fin de ganar elecciones y perpetuarse en el poder. ¿HASTA CUÁNDO pospondremos una reforma política que incentive mejores prácticas y más transparentes? La mitad de la población trabaja en negro y no tiene adecuada cobertura médica ni previsional. ¿HASTA CUÁNDO eludiremos proponer sistemas laborales que no protejan solamente a quienes trabajan en blanco? Desde nuestro pasado profundo, la corrupción ha sido una realidad inocultable en la Argentina. ¿HASTA CUÁNDO aceptaremos que la justicia federal esté politizada y se adapte al gobierno de turno? Podríamos continuar citando ejemplos hasta el cansancio de la vida argentina que se reiteran con una cadencia trágica en todos los órdenes de la sociedad. ¿HASTA CUÁNDO creeremos que haciendo siempre lo mismo obtendremos mejores resultados? Solo los necios o los pícaros se niegan a hacer algo distinto a pesar de haber fracasado durante décadas en aplicar políticas cuyos resultados están a la vista.¡¡¡¡HASTA CUÁNDO NO REACCIONAREMOS!!!!!!!
Por Alejandro Poli Gonzalvo ( de La Nación)
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