La convicción de creer que somos lo que queremos ser nos atraviesa invariablemente. ¿Quieres saber cómo eres? No preguntes. Actúa. La acción te definirá y te determinará. Pero debes actuar como ‘yo’, como individuo, porque solo puedes estar seguro de tus propias necesidades. Yo. Mi problema. Mi solución. Y sin embargo, ningún argentino preguntará: ¿Por qué yo no soy creativo?. Su pregunta es «¿Por qué nosotros no podemos crear?» En ese «nosotros» todo se diluye. En estas preguntas nos hemos pasado los últimos doscientos años, convencidos de que los cambios verdaderos se producen rápido, decepcionándonos cuando no suceden. Tenemos melancolía de lo que nunca podrá pasar. ¿Somos capaces, al pensar en el futuro, de disponernos a hacer algo cuyo resultado no vamos a ver?. Estamos atragantados con la Argentina inmediata y eso nos impide trabajar por el país real. Argentina es un país en el que sólo hay derechos y jamás obligaciones, que conoce el secreto de la gallina de los huevos de oro y vive gastando más de lo que gana. Dios proveerá, el ANSES proveerá, el Fondo Monetario proveerá. Todos nos esperan para prestarnos, en la puerta del Casino. Nuestra vida no es real pero el hambre lo es. Debería avergonzarnos que un tercio de la población no tenga derecho a ser. En la Argentina los maestros están contra los exámenes y los alumnos se sienten con derecho pleno de enseñar. Cada día se distingue menos entre buenos y malos y una niebla de cinismo nos impide cambiar. Esperamos a octubre, esperamos a marzo, esperamos el lunes para empezar la dieta. El problema no es tener ideas, sino llevarlas a cabo. Hay mucho, mucho, mucho que cambiar.
Por Jorge Lanata (53 coloquio de IDEA)
Por Jorge Lanata (53 coloquio de IDEA)
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